Beneficios de la magia en las aulas

Cuando hablamos de magia, la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de un prestidigitador sacando un conejo blanco de su chistera, producto de dar unos toques en el sombrero con su varita, y tras pronunciar unas palabras concretas que provocan que el acto mágico, surta efecto. Después, el público aplaude y el mago esconde su truco con el hermetismo de un gran secreto. Las personas que asisten al espectáculo, ya saben que esa magia tiene trampa, pero aún así, disfrutan de su desarrollo y de los resultados que produce. Y todo el conjunto, escenificación, actuación y sorpresa, resulta encantador.

Ahora bien, más allá de la experiencia puramente teatral, la magia puede tener otras muchas aplicaciones y utilidades.

E voilà: la magia útil

La magia es un tipo de espectáculo que encanta a mayores y pequeños, pero son los niños, los que más fascinación sienten hacia ella. Apariciones, desapariciones, juegos con cartas, objetos que van y viene, se rompen y vuelven a recomponerse… todo lo que desafía las leyes de la física y de nuestra lógica mental, nos atrae de una forma poderosa. Y cuanto más espectacular y enorme es el truco, más admiración causa.

Estamos hablando de diversión, juego, creatividad, imaginación, y de ese cosquilleo positivo que despierta curiosidad y entusiasmo. ¿Qué pasa si todas esas sensaciones se llevan a las aulas y sirven para que los niños de primaria aprendan sus materias jugando con la magia?

Es una propuesta innovadora, pero que ya se ha demostrado eficaz a través de diversas experiencias que han sido positivas. Con la magia, los niños pueden aprender matemáticas, ciencias, plástica, arte o música. Es una mejor forma de fijar conceptos y que queden instalados para siempre en sus mentes. La magia en el aula se trata de adaptar las materias que pueden parecer más complicadas, a una forma muy distinta de enseñarlas a los alumnos. Las lecciones magistrales de las distintas asignaturas, enseñadas a través de la magia, no están basadas en trucos, sino en la ciencia.

La magia y sus aspectos intelectuales

Un truco de prestidigitación tiene diversos componentes. Los más importantes son la ejecución del número y la impresión que causa en su observador. Por lo tanto, en toda actuación mágica se combina un reto intelectual con una parte emocional y cognitiva por parte de quien lo ve. Ahí es donde la magia, aplicada a la escuela, puede dar buenísimos frutos.

Utilizar trucos de magia en las escuelas aporta una educación creativa, participativa, innovadora y muy dinámica, puesto que combina aprendizajes reglados, con emociones y además, consigue algo fundamental: atraer y centrar la atención de los alumnos, lo cual facilita la fijación de conceptos y lecciones.

Llevar la magia a las aulas es una posibilidad real por explorar, porque un ilusionista no es solo un showman, alguien que siempre tiene un truco en la recámara, sino un artista capaz de aunar en su arte, ilusión, sorpresa, emoción, enormes recursos creativos y un largo aprendizaje, disciplinado y con foco.

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